Susana Misticone en la práctica
Susana Misticone en la práctica
El objetivo de la dermatología cosmética es el bienestar integral, que implica la belleza como resultado, pero sin comprometer la salud de ningún paciente. Por esta razón, como médico dermatólogo, puedo decir con absoluta certeza que mi motivación principal es ver a un paciente satisfecho con su resultado y comprometido con el cuidado de su vestido más valioso.
Es el mismo sentimiento que embarga a un médico cardiólogo cuando logra curar una arritmia. Su paciente estará saludable y feliz, y por supuesto, él también. Esto ocurre en cualquier área de la medicina, incluyendo la dermatología.
Cada vez que he tenido pacientes con acné muy severo, con psoriasis o vitíligo, y he realizado los tratamientos adecuados de dichas enfermedades, mi meta es lograr un resultado exitoso, que mejore los signos y síntomas característicos de esa patología.
En estos casos, resulta muy satisfactorio y placentero ver cómo el paciente con acné sale del consultorio con su rostro restaurado y sin cicatrices; cómo el aspecto de la piel en la persona con psoriasis mejora y se curan sus lesiones, o que después de aplicar algunos tratamientos, la persona con vitíligo recupere su pigmentación normal.
Considero que una de mis características profesionales es ser un médico dermatólogo integral, que no solo es capaz de tratar cualquier afección o enfermedad de la piel, sino que también me esfuerzo en embellecerla, mejorarla e incluso soy capaz de mantener mis pacientes sanos y bellos.
Cada vez que un paciente ingresa a mi consultorio, bien sea porque quiere realizarse un peeling o inyectarse bótox, yo lo examinó por completo para evaluar la salud de toda su piel; eso requiere que el paciente se desvista, cosa que no siempre resulta agradable o los toma por sorpresa. En primer lugar, yo debo asegurarme que la piel de esa persona esté sana, porque esa es la esencia de la práctica médica. De no tener esa motivación, hubiese sido cosmetóloga, maquilladora o peluquera.
Luego, cuando finalmente logro entender qué necesita y qué quiere mi paciente, hacemos los tratamientos y creamos ese resultado deseado y satisfactorio para todos, mi mayor logro es ver esa sonrisa de agradecimiento en su rostro, fidelizar a esa persona o que me recomiende a su familia y amigos. Eso es, sin duda, una de mis mayores dichas como médico.
Es por esa razón que soy muy feliz siendo dermatóloga y más haciendo dermatología cosmética, una rama de la medicina que responde a la necesidad de restaurar y mantener la salud y la imagen de nuestra piel de manera integral.
Dra. Susana Misticone
@dermamisticone