La realidad sobre el daño solar – Dra. Susana Misticone
En algún momento de nuestras vidas hemos escuchado la frase «todo en exceso es malo», y como médico dermatólogo puedo decir que es una afirmación muy acertada. Cuando excedemos los límites naturales en nuestro cuerpo, existe una alta probabilidad de encontrarnos cara a cara con la enfermedad.
Sin duda alguna, esta frase es una de las premisas de la prevención en cuanto a nuestra salud corporal. Por ejemplo, sabemos que comer en exceso ocasiona serias patologías. Incluso, beber más agua al día de la que nuestro cuerpo requiere (hiperhidratación) puede representar un problema de salud. Quizá te sorprenda y pienses que exagero, pero esta es una realidad que la mayoría de las personas pasa por alto. Es un hecho médicamente probado que muchas de las cosas que benefician la vida humana, en cantidades exageradas acaban por generar enfermedades, como es el caso del sol, que es bien sabido que puede producir daños graves a nuestra piel, pero…
- – ¿cuáles son esos daños?
- – ¿es solo el cáncer de piel?
- – ¿eso le puede suceder a cualquier persona?
Tal vez te has sentido inmune a estos perjuicios hasta ahora, pero es importante que comprendas que ese riesgo no es exclusivo de un tipo de piel o una predisposición biológica en específico, sino que es para todo aquel que toma el sol de manera indiscriminada y sin precaución.
Son muchas las personas que no hacen caso a esto, subestiman el daño solar y se exponen al sol durante horas sin ningún tipo de protección. Lamentablemente, las consecuencias pueden verse de inmediato, desde quemaduras, insolación y deshidratación, hasta el cáncer de piel, ¿y sabes algo? ¡Todas son graves!
Mi intención es que adquieras conciencia respecto a la prevención y cuidado que debes tener con tu mejor vestido y de cómo puedes (iY debes!) protegerlo del daño solar.
No podemos escondernos del sol porque es parte fundamental de la vida en la tierra; pese a los perjuicios que puede producir, también nos aporta grandes beneficios para el desarrollo vital. No obstante, siempre podemos establecer hábitos de protección que nos permitan tener una buena relación con nuestra gran estrella.
Dra. Susana Misticone @dermamisticone