Los treinta y el inicio de la lucha antienvejecimiento – Dra. Susana Misticone
Después de cruzar el umbral de los treinta, las personas empiezan a notar algunos de los rasgos del envejecimiento, como la disminución del colágeno y de la elastina. Otro problema muy común de esta década es la aparición de ciertas imperfecciones como las líneas de expresión, poros dilatados, bolsas u ojos hinchados, ojeras y deshidratación en la piel.
A partir de los treinta años es obligatorio ser más estrictos con la rutina personal de skincare, así como empezar a utilizar productos de limpieza acordes a la edad, acompañado de productos o cremas hidratantes que estimulen la producción de colágeno con antioxidantes o retinol.
Lo ideal es ir al dermatólogo para que este pueda orientar al paciente en cuanto a la rutina y los tratamientos más adecuados para sus necesidades específicas, tanto a nivel de skincare como en lo referente al antienvejecimiento.
Entre los tratamientos que ofrece la dermatología y son perfectos para ser aplicados en esta década, podemos encontrar la toxina botulínica, los fillers, los peelings, el hydrafacial y hasta la ultracavitación.
A esta edad, el uso de la toxina botulínica se convierte en una especie de elixir que evita la aparición posterior de arrugas en la frente y el cuello, patas de gallo, líneas de expresión marcadas.
En cuanto a los rellenos, la mejor opción para ser aplicado a esta edad es el ácido hialurónico, como tratamiento para las ojeras, al aumento de los labios, para hacer rinomodelación o algún efecto de embellecimiento como mejorar el contorno facial. También se pueden utilizar tecnologías como la radiofrecuencia, para tratar la zona facial y también la remodelación
corporal.
Dra. Susana Misticone
@dermamisticone